Lo bueno de vivir en el campo es que se dispone de un escenario donde puede encontrarse cualquier sorpresa para la fotografía.
Andaba liado con un proyecto que en el mes de Abril verá la luz y me encontraba con los ojos "secos" de tanto monitor y monotonía cromática con la selección y procesado de fotos, cuando para descansar un rato me dispongo a seguir el consejo de un buen amigo médico que me aconsejó: cuando te encuentres con la vista cansada, sal fuera y lanza la vista hacia el horizonte más lejano que puedas, estira la vista me dijo. En fin, pues, a eso iba y mira tu por donde al pasar junto a un árbol (Morus alba) me encuentro en este "cercano horizonte" a esta señora zampándose al marido o pareja de hecho, yo la verdad es que no le pregunté.
Entonces, claro, no iba dejar escapar esta oportunidad, así que cojo la cámara, le calzo el macro y sesión al canto. No quedó mál para lo cansado que estábamos los tres, bueno los dos.