Una mirada estacional por la Serranía de Ronda

 

Con la pregunta de un amigo fotógrafo sobre cuál es la mejor época del año para visitar estas tierras y hacer fotografías, me viene el gran dilema de no saber que contestar, bueno si, –procura no venir en verano, le dije.

Y así es, por estos lares las estaciones del año no se corresponden –o cada vez menos– con las fechas del almanaque, equinoccios o solsticio. Sin entrar en profundidad sobre el cambio climático, vamos observando como se van desarrollando las estaciones a lo largo del año.

​

Se observa no sin cierta preocupación que durante el inverno los días de lluvia y copiosas nevadas han disminuido considerablemente con lo que se preavisa de un estío más seco y duradero de lo normal. Con esto la primavera se va acortando cada vez más llegando a tener días muy calurosos desde comienzos de mayo hasta bien entrado el mes de octubre. Aparentemente es como si sólo existieran dos estaciones; invierno y verano. Cada vez se encuentran más solapadas y menguando la primavera y el otoño.

​

¿Entonces? Mira, lo que voy a hacer es que te pongo unas fotografías de mi serranía capturadas a lo largo del año separadas por trimestres empezando con el invierno en el mes de enero. Aquí podrás ver y decidir cuándo y cuánto te gustaría más realizar tu visita y admirar la obra de arte que constituyen los paisajes de la Serranía de Ronda.

​​

En invierno, aunque no tanto como sería deseable, las sierras y cumbres son cubiertas por un manto de nieve ofreciendo un paisaje de ensueño, tanto después de una calmada nevada como tras un fuerte temporal para encontrar los arrecidos pinsapos con carámbanos de hielo en sus ramas. Ya finalizando el invierno y revitalizando de nuevo los arroyos y torrentes viene explosionando el color y la templanza del ambiente de la primavera, apareciendo la floración por cada rincón y resquicio donde haya algo de tierra para sustentarse.

Llega el verano con sus largos y calurosos días y casi siempre frescas noches con cielos estrellados vibrando y llamando nuestra atención hacia las estrellas y planetas. El suelo se irá dorando con el color de las espigas en los campos de cultivo, y entre los matorrales de los montes se empieza a notar la tierra cuarteada y reseca, aunque algún día se presentará nublado y se nos premiará con algún aguacero que alivie la sed. Por fin, y ya bastante avanzado el año, asoma el otoño. Comienza a refrescar, a cubrirse los valles con mar de nubes y percibir el olor a tierra húmeda. Es la época en que todo pasa del verde al amarillo y finalmente a una gama cromática de ocres tornándose el paisaje en cálidos tonos cobrizos. Ahora se camina por un suelo cubierto de hojas caídas creando una onírica atmósfera.

​

Cualquier momento y época es bueno para conocer y deleitarse con estos paisajes de esta fantástica tierra.